Esta es la última parte de la guía de viaje de Shanghai. En la parte 1 os hablé de algunos de los sitios más famosos de la ciudad y mi experiencia estudiando cuatro semanas chino mandarín en una universidad china. En la parte 2 me centré en el área de Pudong, famosa por sus rascacielos, y en la parte 3 vimos otras zonas más desconocidas y tranquilas de la ciudad. Si vais con suficiente tiempo, sugiero que os acerquéis a alguna de las muchas ciudades que hay en los alrededores. Shanghai es una ciudad muy bien comunicada por tren con otras ciudades de China, y en una hora de viaje os podéis plantar en otro sitio. Yo dediqué un día a Hangzhou y otro a Suzhou, y un fin de semana nos escapamos a los montes Huang. Desde Shanghai también podéis ir fácilmente en avión o tren a Beijing a visitarla por varios días.
Los trenes en China son una forma muy cómoda de viajar, pero muchísima gente los utiliza para desplazarse así que hay que sacar los billetes con varios días de antelación o nos arriesgamos a quedarnos sin asiento. Los billetes de tren salen a la venta unos 28 días antes de la fecha del viaje. Para comprar los billetes, necesitaréis llevar el pasaporte y apuntado el nombre de la ciudad o estación a la que queréis viajar, la fecha y hora y el tipo de asiento, os facilitará mucho las cosas. Si los queréis comprar una vez que ya estéis en China, tenéis dos opciones para hacerlo:
- Comprar los billetes en la estación de tren. Se dice que en muchas estaciones de tren hay ventanillas con personal que habla inglés para extranjeros, pero yo tuve que hablar en chino porque en inglés no me entendían. Podéis intentar buscar previamente por internet la información del tren que queréis coger o quizás os puedan ayudar en el hotel u hostal. Por lo general en las estaciones de tren tendréis que armaros de paciencia porque las colas son enormes y la gente os va a meter mucha prisa. Sólo se puede pagar en efectivo. Hay muchas máquinas de autoservicio para comprar billetes, pero solo pueden usarlas las personas con ID chino.
- Comprar los billetes en oficinas de billetes de tren. Este método es más rápido y cómodo, pues estas oficinas están repartidas por la ciudad, y no hay nada de gente esperando. Lo malo es que aquí los empleados si que no hablan nada de inglés. Lo recomendaría sólo si os manejáis con el chino mandarín y queréis ahorraros el engorro de tener que ir a la estación de tren solo a comprar billetes.
SUZHOU 苏州
Suzhou es una famosa ciudad repleta de canales que recuerda a Venecia. Está a una hora más o menos desde Shanghai. Llegamos a la ciudad sin mucha planificación y básicamente empezamos a andar desde la estación de tren, preguntando a gente por el camino hasta llegar al centro de la ciudad. Por el camino vimos barrios tranquilos por los que éramos los únicos turistas que pasábamos. Para movernos por la ciudad usamos el metro. Nos tomamos la excursión de un día con mucha calma, y estos son los lugares que tuvimos tiempo de visitar:
- Pasear por el Jardín del Administrador Humilde (zhuo zheng yuan, 拙政园), construido en el siglo XVI al estilo tradicional chino. Es el más grande de la ciudad y es considerado uno de los más bonitos del sur de China. Al lado está el Museo de Suzhou (su zhou bo wu guan, 苏州博物馆), que no visitamos porque había muchísima cola y preferíamos pasear.
- Recorrer la calle Ping Jiang (平江路). Está llena de puentes que cruzan los canales, tiendas y restaurantes.
- Rodear parte de la muralla de la ciudad en la sección Xiangmen. Podéis visitar si tenéis interés el Museo de la Muralla, que enseña la historia y cambios de la construcción desde la antigüedad hasta ahora.
- Visitar el templo Han Shan (“templo frío de la montaña”, 寒山寺). Está un poco alejado de la estación de tren, a una hora en metro. Es un templo budista que se cree que se fundó entre los años 502-519. Es un buen sitio si queréis descansar y huir de las masas de turistas.
Cuando pasamos al lado del Museo de Suzhou nos pararon unos reporteros de la televisión local para grabarnos para un programa. En el reportaje hablaban de los qipaos tradicionales chinos y nos llevaron a probar unos en una tienda, además de enseñarnos frases en el dialecto de Suzhou, que es diferente de chino mandarín. Cada vez que veo fotos o artículos de Suzhou en Internet, me dan ganas de volver y organizándome mejor dedicarle más días para explorarla bien.
El Jardín del Administrador Humilde en Suzhou
Una pareja vestidos con ropa tradicional china haciéndose fotos de boda entre los canales
En la calle Ping Jiang se han conservado los edificios antiguos, pero han sido ocupado por tiendas y cafeterías
Dim sum con forma de cerdito
Arquitectura tradicional en la calle Ping Jiang
Entrada el Museo de la Muralla de Suzhou
Entrada al templo Han Shan en Suzhou
Estela de piedra en el templo Han Shan
HANGZHOU 杭州
Hangzhou está un poco más lejos en tren de Shanghai. Al igual que con Suzhou, me encantaría quedarme en un futuro varios días para explorar mejor la ciudad porque entre el calor que hacía, la cantidad de turistas y el poco tiempo que teníamos fuimos acelerados a ver todo. Para movernos entre los lugares usamos solo el autobús. El problema de los autobuses en China es que no tienen casi información ni letreros en inglés, así que hay que llevar bien apuntados los caracteres del sitio donde queremos ir y estar muy atentos a las paradas. Solo pudimos visitar dos lugares:
- El templo Lingyin (ling yin shi, 灵隐寺), cuya traducción literal es “templo del retiro de las almas”. Es uno de los templos budistas más grandes de China. Se compone de varios pabellones, y al estar en las montañas, podemos subir hasta arriba andando para tener unas vistas de la ciudad y respirar aire limpio. En las mismas montañas tenemos Feilai Feng (significa literalmente “cumbre voladora”, 飞来峰石窟), un conjunto de grutas con esculturas esculpidas en la roca y escrituras en las paredes. Cuenta la leyenda que el pico se encontraba en la India, pero llegó volando a Hangzhou, de ahí viene el nombre. El pico está compuesto de roca caliza, muy diferente al resto de la montaña, lo que refuerza esta leyenda.
- El lago del Oeste (xi hu, 西湖), un punto muy importante de la ciudad donde todas las noches se realiza un espectáculo de luces y sonido. Se pueden visitar sus islas artificiales y navegar en barca. Me impresionó mucho verlo al atardecer, con mucha superficie del agua cubierta de grandes hojas de loto.
Las figuras esculpidas en la roca de Feilai Feng
Un cielo azul, aire limpio y vistas de la ciudad y el lago del oeste desde lo alto del templo Linying
El interior de uno de los pabellones en el templo Linying
Zonas frondosas en el templo Linying
Las hojas de loto en el lago del oeste al atardecer
HUANG SHAN 黄山
Los montes amarillos (traducción literal del chino, 黄山) se encuentran en la provincia de Anhui. Son muy famosos por sus paisajes, los amaneceres, las rocas de granito con formas peculiares y sus pinos con formas retorcidas. Teníamos un fin de semana libre en el que queríamos hacer algún viaje corto desde Shanghai. Yo había oído hablar de los montes amarillos, y de las increíbles puestas de sol que se ven desde la cima. Como la decisión fue de improviso, y desde Shanghai parecía un poco complicado ir por nuestra cuenta por el tema de la distancia y transporte, mi grupo de amigos y yo fuimos a una agencia de viajes a pedir información. El pronóstico del tiempo era bastante malo, nublado y con probabilidad de lluvias, pero aún así nos animamos a ir porque queríamos vivir la experiencia igualmente.
Reservamos allí el viaje, saliendo el sábado por la mañana temprano, haciendo noche el sábado en uno de los hostales de la montaña y volviendo el domingo por la mañana. Éramos los únicos del autobús que no éramos chinos y el guía no hablaba nada de inglés, así que fueron dos días haciendo de inmersión total en el chino mandarín y haciendo de intérprete entre mis amigos y el guía. El viaje lo realizamos todo en autobús por carretera, se tarda unas 5-6 horas. Para ganar tiempo y ahorrar energía, subimos en teleférico hasta la altura máxima que se podía y desde allí andando al hostal. Estaba todo con muchísima niebla y no se veía nada, sólo los árboles de alrededor, pero no podías ver el cielo, solo un fondo blanco. En la cima hay varias opciones para alojarte, también existe la opción de hacer acampada con tienda.
La noche del sábado cenamos pronto en el hostal porque el domingo nos levantábamos a las 5:00 para intentar ver la puesta de sol. A diez minutos andando del hostal había uno de los puntos designados para ver el amanecer. La verdad pasamos un poco de miedo en el camino porque aún estaba bastante oscuro, el suelo estaba mojado y hacía mucho viento con lo que muchas ramas de los árboles se partían y caían a los lados del camino. Estuvimos esperando un buen rato en el lugar, pero nada, había más luz, pero era todo niebla.
Después de desayunar, iniciamos la bajada. El guía nos dio la opción de subir hasta uno de los puntos más altos con él, luego bajar andando y montar en teleférico el resto del camino hacia la base, o directamente bajar todo el camino en teleférico. Estaba empezando a chispear un poco, así que la mitad del grupo bajó en teleférico y la otra mitad seguimos al guía a trepar por las escaleras. Creo que estuvimos una hora y media subiendo y bajando por la montaña hasta llegar al teleférico. Subimos hasta Brigthness Peak, el segundo pico más alto de los montes, a 1860 metros de altura. Para cuando montamos en el teleférico, estaba lloviendo a mares y tenía los pies totalmente empapados. A pesar de llevar chubasquero acabé bastante calada. En cuanto nos llevaron a un restaurante a comer me metí en el baño a quitarme toda la zopa y calzado mojado y ponerme ropa seca que llevaba en la mochila y unas chanclas. Hoy me sigo preguntando como no me constipé después de estar seis horas en el autobús con el aire acondicionado a máxima potencia.
No conseguimos ver las vistas ni el famoso mar de nubes, y pasamos un poco de frío, pero aún así fue un fin de semana muy divertido. Hicimos mucho ejercicio y pude practicar a la fuerza la conversación en chino mandarín. Si volviera hubiera llevado un chubasquero más largo o pantalones impermeables, unas buenas botas de montaña y una funda impermeable para la mochila. Pero como al hacer la maleta en España entre mis planes no entraba hacer senderismo con lluvia pues me tuve que apañar con lo que llevaba en la maleta. Otro consejo es que llevéis provisiones tanto para comer y beber en el hotel como cuando estéis subiendo o bajando por la montaña. Hay tramos muy empinados, y necesitaréis bebida y comida para tener energías.
Subiendo en teleférico un tramo de los montes Huang
Los caminos para subir y bajar por la montaña están muy bien pavimentados y vallados. Los pinos de la zona tienen formas características.
Bien equipada para subir y bajar escaleras
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